Un día de niebla puede convertir lugares habituales en mágicos.  El puerto de Mahón, una maravilla del mediterraneo se presta a este juego de luces y sombras, del ver, entrever y adivinar.  Merece la pena el buscar sin rumbo, con mente abierta, en sus rincones; en cualquier momento aparece la imagen que merece la pena descubrir

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